Rivalidad al “verde” vivo
Sus enfrentamientos ya son clásicos de la nueva era. Alcaraz domina el historial, pero Sinner conserva la última sonrisa en este mismo torneo, donde el año pasado se impuso en tres sets. Ambos llegan en ritmo competitivo y con esa tensión natural de quienes se conocen de memoria.
Cada duelo entre ellos ha sido una batalla de estilos: la creatividad del español contra la precisión milimétrica del italiano.
Esta vez, el contexto es distinto. Alcaraz llega tras una victoria convincente ante Taylor Fritz (6-4, 6-2), mostrando un servicio sólido y una ejecución impecable en los puntos de presión. Sinner, en cambio, firmó un golpe de autoridad al barrer a Novak Djokovic por el mismo marcador, dejando la sensación de que su tenis ha recuperado la frescura y la confianza de sus mejores días.
El estado físico, una incógnita
Aunque ambos han mostrado buen nivel, el desgaste del calendario no pasa desapercibido. Sinner arrastra pequeñas molestias en la cadera que lo obligaron a dosificar entrenamientos durante la semana, aunque su rendimiento ante Djokovic no reflejó limitaciones evidentes. Su equipo insiste en que “todo está bajo control”, pero su historial físico —ya se perdió parte de la gira veraniega por problemas similares— invita a la cautela.
Alcaraz, por su parte, llega sin lesiones serias, pero con el cansancio lógico de un final de temporada intenso. En su semifinal se le vio estirando el antebrazo derecho en varios descansos, sin que eso afectara su rendimiento. La clave estará en cómo responda su cuerpo si el partido se alarga o exige intercambios muy físicos.
Velocidad y precisión: las claves bajo techo
La pista de Riad es rápida, con un bote bajo que favorece los tiros planos de Sinner, quien ha ganado el 84 % de los puntos con primer servicio en el torneo y apenas ha cedido una rotura. Alcaraz compensa con variedad y agresividad: en su semifinal, conectó 22 golpes ganadores y ganó un 80 % de los puntos en la red, confirmando que su tenis se adapta a todo tipo de superficies.
Si Sinner logra mantener su porcentaje de primeros, puede imponer su ritmo. Pero si Alcaraz consigue crear el caos con sus dejadas, ángulos imposibles y cambios de altura, el italiano tendrá que forzar su físico más de la cuenta.
Orgullo y prestigio en juego
Ninguno necesita puntos para motivarse… cuando el premio es tan cuantioso. Este tipo de partidos sirven para marcar territorio, y los dos lo saben. Sinner busca repetir título y maquillar el cara a cara; el murciano, en cambio, quiere cerrar el año con una victoria simbólica, de esas que dejan huella aunque no figuren en el ranking.
Más allá de la etiqueta de exhibición, lo que se verá hoy en Riad será una declaración de intenciones: el pulso entre dos generaciones dentro de la misma, la batalla entre dos estilos que definen el tenis del futuro.