Djokovic cede el primer set entre errores y molestias físicas
No empezaron bien las cosas para el monegasco. Ayudado por errores de un Vacherot que entró frío y con un gran revés paralelo, Djokovic era el primero en sumar un juego en su casillero, y lo hacía rompiendo el servicio de su oponente. Pocos podían prever tras ese inicio el desenlace del encuentro. Pero el número 204 del mundo se repuso rápidamente, y jugando de tú a tú contra todo un Novak Djokovic, no le perdió la cara a los peloteos y fue agresivo al resto para devolver la rotura de servicio.
Tras dos breaks nada más comenzar, los siguientes cinco turnos de saque se sucedieron sin sobresaltos; ningún tenista gozó de oportunidades. Fue con 4-3 a favor de Vacherot cuando saltaron las alarmas en Shanghai. Tras recibir tratamiento en la zona del glúteo y la parte baja de las lumbares, Djokovic, el tenista con, probablemente, el mejor revés de la historia, fallaba tres veces con el revés. Vacherot rompía entre claros gestos de dolor y frustración del serbio, y sacaba para ganar el set. El monegasco, con la templanza de un veterano y ayudado por un Djokovic casi inmóvil, cerraba el set en blanco apoyándose en su servicio.
Las dobles faltas condenan a Novak ante un Vacherot que fue mejor
El segundo set vio una versión de Djokovic menos desdibujada que el primero, sin ser tampoco cercana a la que acostumbra incluso a sus 38 años. Si bien es cierto que tuvo que salvar dos break points nada más dar comienzo el set, con el paso de los minutos el balcánico parecía menos mermado físicamente, y aunque no conseguía tener bolas de rotura en los juegos al servicio del monegasco, tampoco sufría en exceso para mantener sus saques. Parecía que Nole iba cogiendo sensaciones, y que podía ser una de sus clásicas remontadas pese a las molestias.
No obstante, llegó el 4-4, y todo voló por los aires. Dos dobles faltas seguidas de Djokovic ponían la presión en niveles máximos para el serbio, que sin embargo respondía con dos grandes saques y uno de los mejores puntos del partido, tras lo que se llevaba el dedo a la oreja. Pese a todo, lo que parecía un punto de inflexión se quedó en espejismo. Un impresionante resto directo y un grandísimo punto que cerraba con la derecha daban al monegasco una bola de break, y Djokovic regalaba el juego con su tercera doble falta, algo impropio del serbio.
Sacando para ganar, Vacherot empezó a mostrar los primeros signos de nervios ante la tamaña hazaña que estaba a punto de lograr, y pese a ir 30-0 acabó teniendo que defender un break point. No obstante, el número 204 del mundo se repuso, fue agresivo y salvó la situación. Refugiado en su primero, Vacherot cerró el partido y, para sorpresa de la mayoría, apenas celebró, como si se supiera justo vencedor, como si se considerase claro favorito desde antes del encuentro. Saludó a Djokovic, con quien intercambió palabras fundidos en un deportivo abrazo, y un puño cerrado fue lo máximo que el monegasco regaló al público. Valentin no vino a ganar a Djokovic; vino a meterse en la final y llevarse el título.
La gran final podría quedar en familia
En el partido por el título del Rolex Shanghai Masters, Vacherot, gran sorpresa del torneo, podría enfrentarse o bien al "renacido" Daniil Medvedev, encontrando por fin algo de sensaciones y recordando al mundo que solía ser el rival a evitar en pista dura, o a otro inesperado invitado al baile, Arthur Rinderknech. El francés no sólo está maravillando al mundo del tenis por su racha, al igual que Vacherot, sino que resulta ser su primo hermano. Veremos si Daniil puede arruinar la narrativa de la que todo el mundo está hablando, o si todo queda en familia en lo que sería una de las finales más anticipadas en mucho tiempo.
